Phoenix Wright: Ace Attorney − Spirit of Justice

Sprit_of_Justice_logo

La franquicia Ace Attorney se destacaba, a su desembarco en Europa, con la aureola de saga de culto: adscrita a una fórmula restringida -la de novela visual con ribetes de aventura gráfica- y entregada decididamente a la chaladura japonesa. No es ocioso recordar que las tres primeras entregas aparecieron originariamente en Game Boy Advance, aunque los usuarios occidentales las conocimos prohijadas por la doble pantalla y las bondades táctiles de Nintendo DS.

En este sexto capítulo se adivina algo de terminal, pese a que contiene todo lo celebrado y definitorio de la saga: los juicios bufos, el muestrario demencial de personajes y las resoluciones detectivescas y restallantes de ingenio.  A esta impresión de acabamiento contribuye la configuración de este juego como compendio, y homenaje en cierto modo, de sus antecesores. Por desgracia, continúa la tendencia hacia el fárrago textual que inauguró su precuela, con una densidad lesiva para el equilibrio entre fases de investigación y juicios, mejor conseguido en los cuatro primeros episodios.

Jugablemente no hay novedades sustanciosas, si es que podemos hablar de jugabilidad en un producto más bien legible. En consonancia con la parafernalia mística, que para la ocasión se adueña más del relato, se ha introducido una mecánica que nos sitúa ante los últimos instantes de vida de la víctima. En su espíritu totalizador es este un juego coral, una síntesis jugable de la saga, pero como mera suma de elementos.

Hay un elogiable logro orgánico en lo argumental, tejido con una trabazón unitiva, esta virtud lo acerca a los mejores representantes de su linaje -3 y 1  para quien suscribe-, desgraciadamente el conjunto nunca resulta tan inspirado. Queda confiar en que un más que probable séptimo episodio devuelva algo de lustre a la saga y a Phoenix como personaje principal, pues en esta entrega el protagonismo se desplaza sin ambages en favor de Apollo, quizás irrealizable sin el concurso de Shu Takumi.

 

Junji Ito

junji_ito_photo

La pequeña tienda de los horrores de Roger Corman ilustra, en clave de humor, un temor cotidiano: la consulta del dentista. Aquella estancia aséptica aparece representada como la sala de torturas que cualquier imaginación mínimamente despierta haya podido figurarse en alguna ocasión, y a ella acude un singular paciente para que un odontólogo con fama de sádico satisfaga las parafilias de ambos. Inopinadamente, el malhadado protagonista debe ejercer las labores de técnico, este improvisa nuevos usos de los útiles de profesión y el cliente se deja hacer, en una escena descacharrante y sicalíptica. Así pues, resulta de una siniestra coincidencia -o cómica si se prefiere- que el actual abanderado del manga de terror tuviera por principal oficio el de protésico dental.

Junji Ito, lector impenitente de Kazuo Umezu, Hideshi Hino-mucho más visceral y grotesco- y el ubicuo HP Lovecraft -sin duda, la huella más fácil de rastrear para el lector occidental- y heredero del estilo artístico de su hermana mayor; manifiesta una personalísima inventiva. Este poder confabulador, regido por designios caprichosos, le sirve para componer viñetas de inigualable calado, por pura crudeza visual. Ito sabe crear atmósferas, atenazar al lector y mantenerlo en tensión. El mangaka defenestra la suspensión de incredulidad con que el receptor afronta una obra de elementos fantasiosos.

En su particular universo, cualquier intento de anticiparse al desenlace de sus historias resulta vano. Pues el autor, que por encima de todo es un excepcional dibujante, revela también grandes dotes de narrador. Es capaz de partir de una premisa anodina y llevarla al paroxismo, de retorcer un hilo de horrores ad infinitum, hasta trocar una menudencia en una amenaza de proporciones cósmicas. Sus personajes tienen -como adelantábamos- mucho de lovecraftiano: raramente heroicos, más bien grises y planos y carentes de fuerzas o medios para enfrentarse a una fatalidad azarosa.

Uzumaki (1998)

Uzumaki (1998)

Uzumaki, cima creativa del autor, transcurre en uno de esos villorrios nipones tan propicios para lo sobrenatural. Arranca con un paisano abismado en la contemplación de espirales, como proemio de una obcecación que se abate virulentamente sobre toda la aldea y en torno a la cual se articulan todos los inspirados capítulos del manga, siempre frescos, variopintos y con direcciones sorprendentes -dentro de un conjunto orgánico-.

Su ópera prima,Tomie, es su obra más celebrada en Japón, donde motivó -nada menos- ocho largometrajes y una serie de televisión. La protagoniza una joven de nombre homónimo, coqueta, traicionera y de extraordinaria belleza; como trasunto comiquero de la Carmilla de Sheridan Le Fanu, epítome de femme fatale del mito vampírico. El punto de partida es una aberración propia del imaginario japonés: toda una clase conchabada -con profesor incluido- para descuartizar a Tomie y desperdigar sus miembros durante una excursión.

Tras años de ostracismo, se reaviva un interés editorial, como el del realismo mágico, en Junji Ito. La etiqueta de culto, adjudicada a veces tan a la ligera, se le puede aplicar al mangaka con total convencimiento. Al menos por tres razones: su moderado éxito incluso en su país natal; por su poco prolija, pero muy cuidada producción; y muy especialmente por su marcado carácter autoral.

Primera colaboración con Otakufreaks

Pues eso, colaboraré ocasionalmente -y los que hayáis seguido este blog ya sabéis lo que eso puede implicar: una entrada muy de vez en cuando, máxime ahora, que voy a empezar las clases- con Otakufreaks. Por ahora, podéis leer los análisis masoquistas de tres Imagina ser:

http://www.otakufreaks.com/analisis-masoquistas-imagina-ser

Lo próximo quizás sea un reportaje sobre cierta saga de RPG…

Me voy unos días

Pues eso, voy a ir unos días a Bélgica y me alejaré un poco del internet. Espero actualizar la semana que viene, aunque voy a estar un poco liado.

Entrada para dar señales de vida

Espero que hoy se solucione de una maldita vez el problema del sonido, lo que haría que esto volviese a la normalidad y que por lo menos pudiese publicar una entrada de análisis de videojuegos a la semana.

Esta entrada es meramente informativa. Lo dicho, si lo soluciono hoy, en pocos días ya espero actualizar decentemente.

Problemas con el ordenador

Pues eso. Tenía intención de comentar hoy algún juego, pero un problema con el sonido que no alcanzo a comprender va a hacer que tenga que formatear el ordenador por enésima vez y va a retrasar la actualización. A ver si mañana o el lunes…

Adiós al buen ritmo de actualización…

Rompo la tónica habitual del blog para redactar una entrada breve y aclaratoria (aunque esto lo leerá José Andrés y con algo de suerte dos más xD), no voy a poder mantener el buen ritmo que he llevado hasta ahora.

Me explico, resulta que se me ocurrió crear el blog en temporada de exámenes, pero para hacer dichos exámenes tuve un margen de tiempo importante y unos días sin clase en los que tranquilamente podía ponerme a escribir aquí por mucho que me costara terminar una entrada.

Ese no es el caso actual, vuelvo a tener clase, y a las cuatro horas diarias (excepto los viernes) se une la dificultad de tener que desplazarme a otra ciudad, lo que me quita otras dos horas. Con esta coyuntura espero que entendáis que redactar cada dos o tres días textos más o menos largos se antoje complicado.

Simplemente quería avisar por si alguien sigue mis entradas, para que no piense que no actualizo por desgana. Eso sí, tengo la intención de seguir escribiendo como hasta ahora, al menos cuando lo haga sobre videojuegos. Esto no se va a convertir de momento en el consabido blog de copiar y pegar curiosidades o de poner vídeos chorras de Youtube, tranquilos. Mi idea es, aunque tarde más en actualizar, seguir como hasta ahora.

Un saludo

Buenas

Bienvenidos al blog, hamijos. Mi intención en un principio es realizar análisis más o menos documentados de videojuegos (que mayoritariamente serán de mi agrado, no creo que me dé por comentar algo como el ET de Atari 2600), como aficionado al sector que soy.

Esto sin pretender sentar cátedra ni mucho menos, lo cual no quita que pueda comentar las cosas desde la experiencia adquirida a lo largo de unos pocos años de seguimiento de esta industria. Con lo anterior quiero decir que si escribo sobre un juego cualquiera no me importa que lo que redacte no sea tomado como referencia por ser demasiado subjetivo, porque no es la idea (si alguien se fía de mi criterio, bien). Así que si se me va la mano alabando a un juego jugadlo no os creéis expectativas muy altas.

Aclaro también que aunque el principal objetivo sea comentar videojuegos, lo más seguro es que acabe utilizando el blog para otros menesteres tales como contar lo que me acontezca (aunque siendo medio hikkikomori es complicado que tengas algo interesante que contar) o la primera estupidez que se me pase por la cabeza. Aparte de que es un blog personal hay otra razón de peso: pretender comentar juegos decentemente conlleva jugarlos, lo que significa que tendría que rejugar ciertos títulos o empezar otros nuevos, y dada la duración de algunos juegos la inversión de tiempo sería significativa.

Resta decir que por lo arriba citado no creo que el ritmo de actualización sea precisamente frenético, ya tengo pensado un juego para comentar en una próxima entrada. No sé cuándo se publicará, pero va a llevar tiempo.

Un saludo